Vaya Futuro publica 'El Peso del Mundo', un resquicio de libertad en tiempos de oscurantismo

  • 23 Sep, 2020
  • Música

Se trata del disco más personal de la banda, en el que la intimidad de Vaya Futuro puede entreverse en cada una de sus canciones.

Por Arnoldo Herrada

 

El 4 de septiembre de 2020, la banda mexicana Vaya Futuro lanzó El peso del mundo, con el sello discográfico independiente Devil in the Woods, fundado a finales de los ochenta.

La disquera tuvo que “presionar el botón de resetear”, luego de haber representado bandas como Sparklehorse y Of Montreal. Como lo describen en su página oficial, fueron víctimas de la era digital y dejaron de hacer discos. Sin embargo, sus representantes encontraron bandas de rock independiente en la Ciudad de México con las que volvieron a trabajar.

El disco más personal de la banda, originaria de Tijuana. La intimidad de Vaya Futuro puede entreverse en cada canción. Si bien, no anuncian un próximo renacimiento, expresan el oscurantismo que se vive en la segunda década del nuevo siglo. Entre el aislamiento, la muerte y el suicidio puede respirarse un resquicio de libertad.

Tracks:

  1. El abuelo (3:39)
  2. El peso del mundo (3:04)
  3. El descenso (4:39)
  4. Luciferina (3:55)
  5. Talión (5:54)
  6. ((O)) (4:33)
  7. “7” (2:19)
  8. Heima (3:07)
  9. Florecer / El Eremita (8:00)
  10. Sosiego (3:53)

 

[caption id="attachment_73097" align="aligncenter" width="1280"] Vaya Futuro[/caption]

 

“El abuelo”

Una voz que susurra en el fondo. Ahogada, invisibilizada. Siniestra. La canción perfecta para describir el lugar donde se oculta el sol. El arreglo de cuerdas crea el preludio perfecto para los versos apresurados de Luis Aguilar.

El abuelo nunca muere; se encuentra en el lugar donde de alguna manera se existe. Su enseñanza queda entre nosotros.

 

“El peso del mundo”

La canción que lleva por nombre el título del disco. Quizás, a través de su letra pueda encontrarse la esencia lírica del álbum. La cadencia del bajo de L. E. Ros y la precisión de la batería de Miguel son hipnotizantes.

“El peso del mundo” remite a Sísifo. El peso del mundo lo sentimos sobre los hombros y la espalda. La mirada artística de la banda narra el zeitgeist del siglo XXI: crisis, depresión y soledad.

 

“El descenso”

Sabemos que Vaya Futuro sabe andar por las sombras. Aparentemente, este track podría ser la canción menos fuerte del disco. Sin embargo, el efecto en la voz del vocalista y la estructura de la canción, son elementos novedosos para el indie. La progresión de acordes de “El descenso” no había sido escuchada en el decadente rock mexicano. Paradójicamente, Vaya Futuro puede ser la pieza clave para que la música mexicana salga del infra-mundo.

 

“Luciferina”

Probablemente, el hit por el que será recordado este disco. Su sonido es fresco y el coro es amoroso. En otra nota sobre “Luciferina”, al autor se le olvidó agregar que cuando Luis canta quiero dejar de sentir, continúa con la línea que no existe justicia. La canción podría regalarle esperanza a una generación perdida. Puede ser la luz que se asoma a través de una herida. Un regreso a casa agotante.

 

“Talión”

Es la canción más densa del disco. Las voces, el arreglo de cuerdas, la progresión de acordes y la percusión, hacen de esta canción una pieza digna de estudiarse. El valor de esta canción se conocerá con el paso del tiempo. Debe reconocerse que una banda independiente como Vaya Futuro integre arreglos de cuerda en su cuarto álbum.

Una lírica gore. Un sonido atrevido, al frente de las líneas de batalla. Vanguardista. No se conoce otra canción publicada que refleje la realidad que muchos mexicanos viven actualmente.

 

“((O))”

Que tu dolor no sea en vano, parece una oración religiosa. La introspección de Vaya Futuro se consolida en esta canción. Lo simbólico se manifiesta a través de lo musical. El título de la canción es impronunciable, como todo lo sacro. El ejercicio literario de Luis Aguilar puede entreverse en la letra de esta canción. “((O))” es el sonido que antecede a las palabras, lo poético.

De nuevo, el sol es un símbolo que se repite. Esta vez, cayendo sobre los protagonistas. La cadencia del piano raya en lo etéreo, fuera del tictac del metrónomo al que los músicos se someten. Vaya Futuro necesita salirse de las reglas del tempo para expresar el sentimiento de su tiempo.

 

“7”

Canción de corte electrónico que puede remitir al disco de Revés de Café Tacvba. Vaya Futuro hereda de las mejores bandas la publicación de canciones meramente instrumentales que forman parte de la totalidad del disco.

Los temas instrumentales suelen adelantarse cuando se escucha un álbum completo. Sin embargo, en El peso del mundo, la “7” es necesaria para descansar de la intensidad de sus letras.

 

“Heima”

Islandia y las auroras boreales forman parte de la historia de la banda. “Heima” significa “en casa” en islandés. Un tema muy cercano al jazz y a la música experimental. Una letra cruda y profunda que describe la vida anestesiada de nuestra época. El olvido de sí y del mundo.

 

“Florecer / El Eremita”

Una secuencia rítmica con violines en el fondo. Una guitarra somnífera junto a la aguda melodía de la voz. De nuevo, los arreglos vocales se antojan con origen árabe. Tuve la dicha de ver / campos plenos florecer / lejos de toda urbe / y aire limpio respiré. “Florecer”, para mi gusto, es la más potente del disco.

A medio camino, la canción cambia. Comienza “El Eremita”. Su sonido recuerda a la banda brasileña Os Mutantes. Una canción de cuna oscura, un arrullo sombrío. Dice su coro:

Aquel que nació perdido

nunca encontró el camino a casa

y dejó, dejó,

de buscar.

Mejor dijo:

“¡Ay arrullo, cantaré!”

Sabemos que el símbolo del Eremita camina de espaldas hacia el porvenir. Ciego al futuro de todos los hechos. Después de angustiarse por el pasado, reconoce el valor que tiene ver su presente sin la certeza de lo que pasará. Vivir arrojado a la existencia. El ermitaño no tiene nada más que su canción.

 

“Sosiego”

La última canción del álbum es un mantra mexicano. El track está muy cerca de la canción de cuna tradicional y del hip-hop. “Sosiego” es un arrullo atmosférico. Los coros y los arreglos de cuerdas serenan a los que llevan el peso del mundo sobre sus hombros.

 

Información técnica de El peso del mundo

Vaya Futuro está conformado por Luis Aguilar, L. E. Ros y Miguel Aguaje. La cuarta entrega de la banda tijuanense está compuesta por diez tracks. El álbum fue escrito, producido, grabado y mezclado por Vaya Futuro en Perro Verde Studios (Tijuana) y Fonobox (CDMX). La masterización estuvo a cargo de Hans Mues, Ingeniero de Mastering con más de 25 años de experiencia.

 

https://open.spotify.com/album/2y0cThsEXtWdxeAOnfQ00S?si=tH9Kd9_qT3CIzoh5Dzzp6A

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