Un ejercicio de ficción para la cultura (1a Parte)

  • 15 Feb, 2021
  • Desde la cuarta pared

Esta entrega, tiene un carácter especial porque esta vez no me escucharán a mí a través de mis palabras. En esta ocasión, hablarán los invitados conmigo y yo seré más o menos sus ojos.

Siéntanse invitados a imaginar que asisten a una charla, imaginen conmigo que estamos en un teatro, que hay muchas butacas disponibles, que las puertas están abiertas y los reflectores están calientes, iluminando a tres personas:

Alan Márquez Lobato – Director de la nave Teatro (Tijuana)

Yoall Morales – Director de Teatro en Resistencia (Tijuana)

Y yo, José Luis Sánchez – Codirector de Teatro de León (Bogotá)

Las sillas empiezan a llenarse. Afuera hay un virus terrible que nos ha apabullado por más de once meses; pero asistimos todos al encuentro. Porque nos cansamos de estar en casa, porque necesitamos tocar la conciencia del otro, sentir su voz en una misma sala, algo así como sentir que uno no está solo.

En este encuentro la excusa para vernos, es que vamos a platicar y develar algunas coyunturas importantes sobre el Teatro en estos tiempos. Hablaremos de la crisis sobre los espectáculos presenciales, sobre la realidad de sus compañías y de algunos detalles que los invitados irán revelando.

TERCERA LLAMADA.

La luz, una bellísima luz cenital color ámbar ilumina a Alan Márquez primero, luego a José Luis y luego a Yoall.

Anuncia José Luis:

Queridos colegas, Bienvenidos. Es un placer compartir con ustedes este espacio, al menos en mi imaginación. (Yoall Ríe) Gracias por aceptar esta invitación (pausa) bueno para entrar en materia vamos con el primer tema que quisiera que tocáramos:

 

¿Cómo han sobrellevado estos meses difíciles sin Arte Escénico presencial?

 

Alan toma la palabra:

“Es un momento de espera... Personalmente me he abstenido de hacer “teatro online”, o algún otro medio parecido. Respeto a quienes han buscado la manera de seguir explorando otras plataformas. Sin embargo, considero son recursos parateatrales que, si bien pueden funcionar, no son de mi interés. De momento me he enfocado en la maestría. He tenido la oportunidad de reflexionar sobre teatro desde otras perspectivas y particularmente sobre mi propio quehacer escénico. Tampoco es un proceso amigable. Hacer teatro involucra nuestro estar con otros, y la situación actual lo corrompe en todos los sentidos. Hemos considerado retomar el teatro de manera privada. Hasta ahora tampoco se ha concretado por cuestiones de tiempo y espacio”.

 

José Luis (mete la cucharada):

Totalmente, creo que una de las razones por las que el teatro está refugiado en las redes y a través de las pantallas, es naturalmente a causa de decisiones políticas y un poco por el efecto mercantil. Aunque es curioso, porque el arte escénico es un mercado en sí, donde dependen muchas personas, técnicos, escenógrafos, luminotécnicos, directores, diseñadores, actores, dramaturgos, entre muchos más y aporta a la economía de la ciudad, de los establecimientos culturales. El problema es el sostenimiento y la necesidad de continuidad que hay.

En otros países, conocen o indagan en la necesidad del arte escénico en las comunidades, por eso se reactiva con cierta urgencia, al igual que otras industrias. Pero veo positivo el efecto que tiene el arte, que no tiene muchas otras instancias: la necesidad de unión entre ellos, colaborar, hacerse una sola voz y eso es bien interesante porque empieza a gestarse no solo en esta ciudad. En Colombia, en Buenos Aires, en Cuba ya están andando, en Brasil, en Perú, Ecuador, bueno la lista es larga…

 

Yoall (toma la palabra):

Hay una necesidad latente, sobre el consumo de artes escénicas. Es necesario establecer una comunidad. Pero ha sido difícil organizarnos.

 

José:

Como una comunidad de colaboración artística y de consumo del mercado cultural de la ciudad. Un poco romper con los sectores que capitalizan dicho consumo, generalmente los grandes establecimientos, apoyados por industrias con dinero. A ver, estamos hablando de teatro independiente, que es la gran mayoría. Es necesario establecer una red de colaboración. En la lógica de que todos necesitamos de todos, lo que voy a llamar: red colaborativa de teatro independiente.

 

Yoall:

Diría solo red Colaborativa de Teatro.

 

José:

Claro. Donde estén todos, personas con apoyos o no.

 

(Alan se rasca la barbilla, pensando en posibles dificultades)

 

José Luis (suspira, continúa):

Tengo la idea de que la gente necesita alfabetizarse culturalmente, que no quiere decir que la era digital no nos proponga o nutra, pero definitivamente necesitamos más contacto (no hablo del físico), más confrontación de ideas, y eso lo hace muy bien el teatro. Que la gente conozca galerías de arte y la experiencia que significa, que visite bibliotecas, que se encuentre con la experiencia de la letra en papel, que vaya a conciertos, a museos, a eventos al aire libre entonces. Parece que evitamos el conflicto cuando por naturaleza eso nos hace humanos. El cambio vino siempre de problemas, situaciones difíciles, de crisis totales. Como por ejemplo este virus.

 

Alan (después de beber un trago de café):

Hacer teatro hoy en día es aguardar. Merodear los bordes y dilucidar la desventura. Es romper el borde mismo y entretejer historias. Es mirar el borde como si fuera nuestro propio reflejo. Pensando tal vez, que fuera del borde estemos realmente nosotros. Es romper todo concepto para desentrañarlo, recubrirlo y gritar de nuevo. Lo inevitable es el duelo, la separación y por ende, la esperanza del reencuentro. Es fracasar en el intento. Es caer de nuevo. Es recorrer todos los senderos con una sola idea. Hacer teatro”

 

José Luis:

Eso parece un ensayo de maestría.

 

Alan:

Lo es. (Risas)

 

José Luis:

Lo que sí creo, queridos invitados, es que necesitamos más unión. Mas colaboración, interesarse por el proyecto del otro como si se tratara del mío. Con morbo, con ganas, con estudio, con lujuria si quieren, pero asistir, porque en la confrontación nace lo bueno.

 

Alan:

Esta es una ciudad muy fugaz, su identidad no es clara al tratarse de una frontera, eso hace que la permanencia de su gente se anule cada tanto. Es transitoria en ocasiones. Las instituciones, por ejemplo, con las que contamos los artistas escénicos no son sólidas. Es decir, que abarcan ciertas zonas y programas, buscan otros públicos, o mejor: Sus públicos. Hace un tiempo empezó a gestarse una cultura del consumo teatral como ejemplo en CECUT, en ICBC, CEARTS, que fue realmente interesante, sin embargo, volver a ello será una tarea de todos. Retomar el ritmo, porque se necesita presencia constante.

 

José Luis:

Es necesario que las instituciones escuchen a los que se dedican profesionalmente a este trabajo, que se consoliden encuentros para la promoción, difusión, hablar de la calidad, de docencia e incluso apoyo a compañías emergentes. Los programadores, directivos, y dueños de establecimientos culturales tienen un valioso papel en esto, porque son nuestra mano derecha para llevar a cabo esos procesos. También algunos programas y convocatorias.

 

Alan:

Sí. Renunciar un poco a esta conducta de apoyo al amigo, la carpeta de aquella referencia, y/o gente que conoce, con personas que a veces ni siquiera hacen teatro. Se necesitan más reuniones con los que viven y hacen del arte dramático su diario vivir, cosas muy buenas para la ciudad pueden surgir de estos diálogos.

 

Yoall:

Creo que, si de organización se trata, es necesario establecer pláticas cada cierto tiempo para llevar a cabo acciones precisas. Festivales, encuentros, colaboraciones con diferentes colegas y compañías, donde todos salimos beneficiados, porque se establece un ejercicio de consumo artístico constante y consciente, que se piensa.

 

Jose Luis (se pone de pie, le pregunta al público asistente):

¿Ustedes que opinan?, los espectadores también son vitales en todo esto, hacer teatro sin un público es imposible, son la razón de nuestro trabajo, de las trasnochadas, los ensayos, las deudas para asumir producciones que uno quiere lograr. Yo les pregunto: ¿el espectador debe tener una mesa en esas reuniones?, yo pienso que sí, fundamental escucharlos y retroalimentar lo que sucede en la ciudad en cuanto a arte escénico.

 

(Alan vuelve a rascarse la barbilla y Yoall acaba su café, los dos sonríen con agrado)

 

Yoall:

Hay algunas personas que han aportado y que continúan sin descanso a la construcción del gremio teatral de la ciudad y el estado; Victorisordia, Ramón Verdugo, bueno todo THT, Isaac Sainz, muchísima gente…

 

José Luis:

Fernando López Mateos, Gilberto Corrales y Teatro en el Incendio, Gregorio coral. Una inmensa ola de estudiantes y egresados de la UABC, directores de academias, docentes de arte dramático, gestores, productores, programadores, coordinadores, directivos, altos mandos de la cultura, etcétera. A propósito, el sector de la danza que se puede decir es fuerte en esta ciudad, es también un gremio consolidado, y está inmerso en esta discusión, porque hablamos de eventos escénicos. Si, fundamentalmente del teatro, pero hablamos de un todo.

 

Alan:

Pero el público no ha respondido… ¿Que opinan de todo esto?

(pausa)…(pausa)…(pausa)…

 

José Luis:

Las sensaciones son muchas definitivamente, y este virus es algo que debemos afrontar. Algunas personas han decidido empezar a privatizar sus espectáculos, es decir, hacerlo en lugares a puerta cerrada: casas, restaurantes o lugares no convencionales. Esto quiere decir también que hay una urgencia por el trabajo, por la economía, por reactivar la cultura en la ciudad… me atrevo a asegurar que la reactivación de nuestro mercado garantiza la sana distancia y la salud de las personas, a diferencia de muchas otras instancias que abrieron hace ya mucho y que no tienen muchas veces los extremos cuidados del caso.

 

Yoall: De acuerdo.

 

Alan: De acuerdo.

 

José: Vamos a hacer una pequeña pausa para recargar el café de Yoall, algo para la barbilla de Alan y otros invitados e invitadas que voy a recibir y que empiezan a llegar a esta mesa, volvemos en unos segundos….

 

CONTINÚA EN LAS PRÓXIMAS ENTREGAS.

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